Después de haber aprendido a sumar y restar (¡incluso llevando!) hace un par de años, Celia no sale de su asombro con la multiplicación. Su profesor insiste en que tiene que multiplicar el primer número por cada uno de los dígitos del segundo, por separado, y luego sumar todos los resultados:
123 |
× 123 |
369 |
+ 246 |
123 |
15129 |
"¡Pero eso es una lata!" — grita amargamente — "¡Hay que dar un montón de pasos, con lo cómodo que era sumar y restar!" Demostrando la rebeldía que tanto temen sus padres cuando piensan en la futura adolescencia, ha decidido que prefiere el método "tradicional" de hacer las cuentas, y multiplica como si estuviera sumando, utilizando de manera independiente los números de las columnas.
123 |
× 123 |
149 |
Por más que la dicen que así no se hace y que los resultados están mal, prefiere ignorar las críticas y asegura que su método es mucho más rápido y práctico. No obstante, secretamente, reconoce que a veces le dan resultados un poco raros con los ceros de la izquierda, cuando los números tienen diferente longitud.
La entrada comenzará con un número con la cantidad de casos de prueba que deberán procesarse. Cada uno está compuesto por una pareja de números, separados por un espacio, que deben multiplicarse. Como Celia no quiere hacer caso, su profesor la castiga poniéndole números muy largos (de hasta 100 cifras) para que, al menos, practique las tablas de multiplicar.
Para cada caso de prueba el programa escribirá el resultado de la multiplicación al estilo de Celia, incluyendo los posibles ceros a la izquierda.
3 423 424 12 123 123 82
1652 026 166