Dicen que el día de tu boda es el mejor momento de tu vida. Eso puede interpretarse como que a partir de ese momento no se levanta cabeza. Si lo ponemos con números significa que podemos representar cada día de nuestra vida con una cifra y el máximo de la serie numérica de tu vida estaría precisamente en ese día.
Si damos por cierto el dicho anterior, los pesimistas no se casarán nunca. A fin de cuentas, sería imposible que levantaran el ánimo sabiendo que nunca nada superará esas fugaces horas en las que te comprometiste para siempre.
Los optimistas, no obstante, no ven las cosas de forma tan horrible. Que el día de tu boda sea el mejor no significa que luego las cosas vayan decayendo continuamente. Muy al contrario, habrá días malos a los que seguirán días buenos que se podrán disfrutar. Es cierto que nunca superarán el máximo alcanzado el día de tu enlace matrimonial, pero no por eso hay que dejar de valorarlos.
Esos optimistas empedernidos encuentran un motivo de alegría incluso los días más horribles. Se conforman con pensar que cuanto peor es un día, mayor será la diferencia con el mejor día que aún les queda por vivir, y el contraste hará que cuando llegue lo disfruten más.
La entrada estará compuesta por distintos casos de prueba, cada uno representando la serie de números que condensan la vida de una persona.
Cada caso de prueba ocupa dos líneas. La primera contiene un único número N con el número de días para el que hay valoración (2 ≤ N ≤ 200.000). A continuación aparecerá una segunda línea con las valoraciones de esos N días, que estarán siempre entre 0 y 109.
Para cada caso de prueba se escribirá una única línea con un número, indicando el valor que los optimistas dan al mejor peor día de su vida. El valor dado a cada día es la diferencia entre la valoración del mejor día que aún queda por vivir (incluido él) menos su propio valor.
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3 2 0