Lo reconozco. No me gustan las uvas. Solamente como 12 al año, una por cada campanada que da el reloj mientras el calendario da la vuelta.
Cuando la familia viene a mi casa en la cena de Fin de Año, compro la cantidad justa, porque no quiero que sobren y me toque tomármelas a mí de postre los días siguientes.
Eso es justo lo que ocurre este año, y he comprado las uvas contadas. Pero he sido imprudente. Con el granizo de los últimos tiempos, la calidad de las uvas no es muy buena y muchas son inservibles, de modo que me he quedado corto. No tengo tiempo de andar examinándolas todas, así es que he cogido unas pocas como muestra y he contado cuántas de ellas están dañadas. Ahora necesito estimar cuántas lo están del total, para llamar a alguno de los invitados y pedirle que traiga las que faltan.
La entrada comienza con un número indicando cuántos casos de prueba hay que procesar.
Cada caso de prueba tiene tres números. El primero 1 ≤ N ≤ 10.000 indica cuántas uvas he comprado. Vienen algunos niños pequeños a los que pondremos menos uvas, por lo que este número no necesariamente será múltiplo de 12.
Los dos siguientes números 1 ≤ A < B ≤ 1.000 indican la estimación de cuántas vienen mal. En particular, se considera que de cada B uvas, habrá A que no estén sanas.
Por cada caso de prueba se escribirá el número total de uvas que hay malas y que tendrá que traer alguno de los invitados a la cena. Soy pesimista, de modo que si, por ejemplo, una de cada cinco está mal, quiero suponer que siempre es la primera de cada grupo la que no está sana.
3 24 1 5 36 2 8 14 5 12
5 10 7