¿Qué es?
¡Acepta el reto! es un almacén y juez en línea de problemas de programación en español que acepta soluciones en C, C++ y Java.
No es un mero listado de problemas, sino mucho más. ¡Es un corrector automático!
Si quieres poner a prueba tu habilidad programando y compararla con la de otros, ¡éste es tu sitio!
¿Por dónde empiezo?
Si no conoces este tipo de jueces, te ayudamos a resolver el primer problema para que entiendas la dinámica del uso y no cometas los errores más comunes.
Luego puedes resolver algún otro de los múltiples problemas disponibles. Si no sabes por cuál empezar, puedes recorrer las diferentes categorías o mirar el problema de la semana que te proponemos abajo. También puedes mirar lo que otros usuarios están resolviendo.
¿Aceptas el reto?
Problema de la semana
Evitando tropiezos
Aunque las escaleras son para niños y ancianos un reto que puede llegar a intimidarles, para la mayoría de la gente sin problemas de movilidad constituyen solo un mero obstáculo que puede ser superado mientras se habla, se corre o incluso se mira el móvil.
Pero para tener garantías de que esto es así, los arquitectos dedican parte de su tiempo a decidir el tamaño de la huella (la parte plana de un peldaño), de la contrahuella (la altura de un escalón) y la relación entre ellas. La fórmula de François Blondel, por ejemplo, les dice, desde 1675, el rango en el que debe moverse la suma de dos contrahuellas y una huella para que la escalera final sea armoniosa y amigable de ascender.
Una consideración mucho menos conocida dice que, para evitar tropiezos, la diferencia entre las contrahuellas de dos peldaños consecutivos no debe superar un determinado umbral. Al fin y al cabo, cuando levantamos la pierna para superar el siguiente escalón, nuestro subconsciente lo hace en relación al esfuerzo realizado para subir el último, y una variación grande puede hacernos tropezar.
Además, para que la escalera no quede demasiado irregular, también se suele imponer una diferencia máxima entre las contrahuellas de cualquier pareja de escalones. De otro modo, podríamos terminar teniendo peldaños muy grandes y muy pequeños, que generan una sensación de inestabilidad al mirar a la escalera en conjunto y la hacen, además, poco ergonómica.