Abuelos felices

Han ido pasando los años y la familia de mis abuelos no ha dejado de crecer. Lo que comenzó siendo una joven pareja recién llegada a la ciudad desde un pequeño pueblecito se ha convertido en una gran familia con un montón de hijos que a su vez se han casado y han tenido su propia descendencia. Y ahora los primos vamos teniendo nuestras parejas lo que hace que seamos todavía más.

Esa gran familia es una gozada en verano cuando organizamos un día de campo en el que toda la tropa, mesas de picnic en mano, nos vemos en algún encinar y disfrutamos de una barbacoa y de juegos al aire libre.

En navidades las cosas son un poco más difíciles porque cualquier casa se queda pequeña para las cenas de nochevieja. Con los años juntarnos las tres generaciones se ha convertido en una misión realmente imposible.

Afortunadamente para los anfitriones, los primos nos hemos ido haciendo mayores y ahora no estamos toda la noche en la casa sino que hacemos otros planes tanto antes de la cena como después. El resultado es que cada uno llegamos y nos vamos a horas distintas. Es raro que coincidamos todos para la cena pero los abuelos están contentos porque esa noche todos pasamos al menos un rato con ellos. Y como no coincidimos todos a la vez, el número de puestos en la mesa (¡y de sillas!) que se necesitan no son tantos.

Entrada

Salida

Entrada de ejemplo

2
0 10
5 15
5
0 20
1 3
15 18
3 5
18 19
0

Salida de ejemplo

2 5
2 8